INFORMACIÓN ADICIONAL SOBRE LOS HIGOS

La higuera pertenece al género de los ficus. Pierde todas sus hojas en otoño y rebrota en primavera. Se conoce como Ficus carica porque se supone originaria de Caria, al sudoeste de Anatolia, en la actual Turquía. Es una especie genuinamente mediterránea, como el pan de trigo, el aceite, las uvas o las nueces.

PROPIEDADES DE LOS HIGOS

Por ser una fruta tan dulce y jugosa muchas personas creen que tiene muchas calorías. Sin embargo, su aporte calórico fresco es solo un poco mayor que el de las manzanas.

Y además proviene enteramente de sus azúcares naturales (glucosa, fructosa, sacarosa). Su porcentaje de grasas y proteínas es escaso.

Además de energía y mucha fibra, los higos aportan minerales como el calcio y el magnesio, especialmente concentrados en el higo seco.

CONTENIDO EN MINERALES

  • Potasio:es el mineral más abundante en el higo
  • Calcio: el higo es la fruta que más calcio contiene sobre todo si están secos.
  • Fósforo:aporta la mitad que de calcio, la proporción idónea para el equilibrio mineral del esqueleto y para mantener los huesos en perfecto estado.
  • Hierro, manganeso.

En cuanto a vitaminas, destacan la vitamina K y, en los higos frescos, varias del grupo B, como B1, B5 y B6.

PROPIEDADES DEL HIGO

SALUD METABÓLICA Y DIGESTIVA

Las fibras solubles ayudan a controlar los niveles de colesterol y de glucosa en la sangre y colaboran a regular el tránsito intestinal.

HUESOS Y NERVIOS FUERTES

Sus minerales los convierten en una fruta adecuada para mantener en buen estado los sistemas nerviosos y músculo-esquelético.

BUENOS PARA LA PIEL

Un compuesto denominado psoraleno se emplea en el tratamiento de afecciones cutáneas como eccemas o psoriasis.

HIJO DE UNA HIGUERA

Un texto de Pedro Casamayor

Tardé en aprender el alcance analgésico de los rituales. Mi nombre es Grilú, mitad grillo y mitad luna. Como cada agosto, el calor trajo el rugido intacto de las chicharras, los abejarucos y, sobre la tarde, el encuentro con los juegos de sombras y nubes en las ramas de las higueras. A ellas acudía para dar sentido a la claridad de la luz en su crepúsculo. Para detener, bajo su tiempo, al otro tiempo con residencia en calle La Prisa y en las agendas todavía en blanco.

Dentro de mi ambiente, cada día más reducido, ando en un grupo, Despistados a favor del Universo, que me cuentan lo difícil que es perderse de este planeta. Los señores del mundo, para sacar partido, extienden sus redes de arrastre señalizando y restringiendo libertad y oxígeno. Intereses confidenciales para saber la ubicación de tu suerte y hacienda pero no de tus miserias. Y por Dios, que nunca sepan de mi negrura y mis carencias. Eso los convertiría en temibles patrones, en los dueños de mi infierno más querido. Porque es precisamente en el dolor donde despliego las alas. Es con su saliva con la que curo los golpes y desprendo fugacidad.

Tengo a las higueras como lugar privilegiado y monacal donde perderme, contemplarme y desconocerme al detalle. Desear la brisa de la tierra y al segundo sentir el olor del mar recién escardado.  Llévame libre y salvaje, llévame hasta el mar gritó un día Manolo Tena. Qué maravilla saber de canciones que vienen a destrozarte.

Yo elegí las higueras para volar. Como punto de partida y ritual del vacío. Allí establezco la zona de encuentro con mis muertos y una patria segura para los dioses. A ellas exilio igual que, cuando no sé qué ritmo escuchar, vuelvo a la música antigua, al gregoriano.

Recuerdo como fue la vuelta a su pecho, a la fruta que amamantó mis años más salvajes. Era principios de invierno. El abuelo ya no estaba pero sí sus ojos azules. En mi paraíso subí la cuesta, ahora insignificante y allí estaba, flotando al fondo, desnuda en montones de hojas secas. Conforme me acerqué a su tronco madre, sentí como olfateaba cada centímetro de mi cuerpo. Como hurgaba en mi pasado para, al momento, reconocerme como un brote de los suyos, ahora tal vez, con cicatrices más profundas y canas pero con el olor de su leche todavía en los brazos.

El aroma de las higueras mezclado con el de la tormenta abre la ventana hacia aquella placeta donde, jugando a las tiendas, intercambiábamos semillas de tila seca con las hormigas y flores blancas de acacia con los gusanos de luz. Economía de lo pequeño y de la mirada entre hermanos de leche de higuera y al final del pasillo la ceremonia laica de una manguera para quitar el barro de los pies y en las manos un hambre pegajosa de higos dulces.

                                          Abiertos, dulces sexos femeninos,

                                          o negros, o verdales:

                                         mínimas botas de morados vinos,

                                         cerrados: genitales

                                        lo mismo que horas fúnebres e iguales.                            

    Engordar mi destino con higos pajareros y al terminar poner en la boca la carne de estos versos de Miguel Hernández bajo la única condición de la soledad y el tacto verde de una higuera.

FLOR DE HIGO CONFITADO CON MOUSSE DE FOIE

Conoce la receta que José Ángel Martín ha preparado para nuestro calendario. Los higos aparecen en los meses entre julio y septiembre (incluidos).

José Ángel Martín ha creado un concepto diferente de restaurante en Alhama de Murcia, una Gastrocervecería que marida una cocina moderna y diferente, perfecta para maridar con su amplia gama de cervezas. Te sorprenderá su decoración, mira lo que dicen tripadvisor de La Abadía.

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